Ahora bien, cuando existe una infección, los microorganismos y virus tienen la capacidad de alterar esta primera respuesta inmune, de modo que ciertos virus pueden aumentar la producción de moco y hacerlo más espeso, lo cual dificulta el movimiento ciliar y propicia el estancamiento del moco. Este funciona como caldo de cultivo para otras bacterias, facilitando su adherencia al epitelio, además de dificultar la actividad de moléculas bactericidas. Otras bacterias tienen la facultad de producir ciertas moléculas, como las STAT y IFR3, que bloquean la vía del interferón, lo que impide la regulación de la respuesta inmune. También cuentan con enzimas proteolíticas que degradan las uniones intercelulares, causando así, la pérdida de la integridad del epitelio, facilitando la invasión de microorganismos. Otros microorganismos propician la sobreexpresión de receptores como el I-CAM y el C-CAM que facilitan la adhesión de bacterias, proporcionando así la sobreinfección.
viernes, 25 de septiembre de 2015
histologia respiratoria
Para poder entender el daño que los microrganismos causan al epitelio respiratorio, debemos recordar los mecanismos de defensa primarios con los que cuenta el sistema respiratorio, mismos que se pueden sintetizar, para fines prácticos, en cuatro factores preponderantes: en primer lugar, el mismo epitelio respiratorio, dentro de su disposición y naturaleza histológica, se encuentra arreglado en forma pseudoestratificaday con uniones intercelulares fuertes que funcionan como una barrera mecánica en contra de patógenos agresores; en segundo lugar, las células caliciformes, las células epiteliales y las glándulas mucosecretoras arrojan hacia la luz del árbol respiratorio moco que aunado a los movimientos de propulsión de los cilios actúan como un medio de barrido muy eficaz, pero, además, producen alrededor de un centenar de sustancias químicas con efecto antimicrobiano, como son las defencinas, la lisozima, la lactoferrina, el óxido nítrico, IgA, etcétera. En tercer lugar son los receptores de tipo TOLL o TRL que, sin necesidad de opsoninas, reconocen directamente a los microorganismos y activan a su vez los factores de transcripción nuclear y la vía del interferón los cuales activan o regulan la respuesta inmune celular. Por último, los receptores intracitoplásmicos, como el MDA5, que detectan directamente microorganismos, incluyendo virus. Dicho receptor también puede activar la vía del interferon.
Ahora bien, cuando existe una infección, los microorganismos y virus tienen la capacidad de alterar esta primera respuesta inmune, de modo que ciertos virus pueden aumentar la producción de moco y hacerlo más espeso, lo cual dificulta el movimiento ciliar y propicia el estancamiento del moco. Este funciona como caldo de cultivo para otras bacterias, facilitando su adherencia al epitelio, además de dificultar la actividad de moléculas bactericidas. Otras bacterias tienen la facultad de producir ciertas moléculas, como las STAT y IFR3, que bloquean la vía del interferón, lo que impide la regulación de la respuesta inmune. También cuentan con enzimas proteolíticas que degradan las uniones intercelulares, causando así, la pérdida de la integridad del epitelio, facilitando la invasión de microorganismos. Otros microorganismos propician la sobreexpresión de receptores como el I-CAM y el C-CAM que facilitan la adhesión de bacterias, proporcionando así la sobreinfección.
Ahora bien, cuando existe una infección, los microorganismos y virus tienen la capacidad de alterar esta primera respuesta inmune, de modo que ciertos virus pueden aumentar la producción de moco y hacerlo más espeso, lo cual dificulta el movimiento ciliar y propicia el estancamiento del moco. Este funciona como caldo de cultivo para otras bacterias, facilitando su adherencia al epitelio, además de dificultar la actividad de moléculas bactericidas. Otras bacterias tienen la facultad de producir ciertas moléculas, como las STAT y IFR3, que bloquean la vía del interferón, lo que impide la regulación de la respuesta inmune. También cuentan con enzimas proteolíticas que degradan las uniones intercelulares, causando así, la pérdida de la integridad del epitelio, facilitando la invasión de microorganismos. Otros microorganismos propician la sobreexpresión de receptores como el I-CAM y el C-CAM que facilitan la adhesión de bacterias, proporcionando así la sobreinfección.
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